“El proyecto de vida es el plan que se traza cada persona con miras al futuro. Es el mapa de navegación que indica los pasos a seguir para obtener logros propuesto en el corto, mediano o largo plazo”, explica Laura Ospina, psicóloga del Hospital Digital de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia.
La profesional indica que el proyecto de vida depende en gran medida del ciclo vital por el que esté atravesando cada persona, de sus expectativas y de los recursos con los que cuente para llevarlo a cabo, por lo que construirlo no tiene una edad o momento de la vida específico.
Además, enfatiza en la particularidad que tiene cada proyecto en sí mismo, pues hay quienes lo fijan en la familia, el amor, el crecimiento laboral, el dinero, el conocimiento y la madurez personal.
Pero ¿cómo se construye un proyecto de vida? ¿Qué aspectos se deben tener en cuenta para desarrollarlo?
La psicóloga Ospina enumera algunos puntos que nos pueden ayudar en este proceso:
– El proyecto de vida siempre debe ir encaminado y ser congruente con lo que somos, con nuestros valores, por ello es fundamental el autoconocimiento. Regalémonos espacios para conocernos cada día más y para preguntarnos qué deseamos para nosotros mismos y para nuestro futuro.
– Planteémonos objetivos realizables y acordes con nuestras habilidades, talentos y oportunidades. Estos objetivos siempre deben estar descritos de la forma más clara posible, lo que permitirá que estemos más comprometidos.
– Respondámonos qué es lo que necesitamos para llegar a ese futuro que deseamos y qué de eso que necesitamos podemos proveernos o a qué ayudas debemos recurrir.
– Finalmente, es necesario que tengamos claro que no basta con establecer los objetivos, debemos definir cómo los vamos a lograr.
– Al plantearnos nuestro proyecto de vida es importante que siempre recordemos que este plan, este mapa de navegación, puede tener dificultades e incluso puede fallar. Cuando esto suceda, podremos rehacerlo.
“Si en algún momento sentimos que esa meta que nos planteamos inicialmente ya no encaja, no dudemos en recoger lo aprendido, tomar los recursos adquiridos y cambiar de plan si es necesario, a pesar de los temores que puedan existir. Nunca empecemos desde cero, reconstruyamos a partir de la experiencia, seamos resilientes y busquemos el aprendizaje en las diferentes situaciones para adaptarnos en busca del cumplimiento de nuestras metas. Y Finalmente, no perdamos la alegría y el optimismo, tengamos presente el por qué decidimos embarcarnos en ese proyecto pues recordar las motivaciones es esencial”, concluye la profesional Laura Ospina.