El sexo es entendido como aquello biológico, fisiológico, lo que es asignado al nacer de acuerdo con las características físicas de la persona (órganos sexuales, carga hormonal y genética); mientras que, el género, lo abordamos desde la construcción social y cultural que adquirimos a lo largo de la vida, son aquellos “roles, responsabilidades y oportunidades que cada sociedad asigna al hecho de ser hombre o mujer, y las relaciones que se establecen entre mujeres y hombres, niños y niñas” (Álamo, 2020). Ver al ser humano como un sujeto que está fijo dentro de estas posibilidades, en donde la feminidad es asignada a las mujeres, y la masculinidad a los hombres, termina indicando que debemos actuar, pensar y guiarnos únicamente por lo que se espera en torno a los estereotipos de género, generando situaciones de desigualdad poniendo a lo masculino como lo superior, e impidiendo el desarrollo de nuevas capacidades, alterando así los componentes mismos que la OMS ha propuesto para la protección de la salud mental.
Entender la distinción entre sexo y género es el pilar de cualquier acción contra las desigualdades de género, ya que, estas al ser construcciones sociales y no naturales, terminan siendo estructurales. La razón de poner sobre la mesa estos aspectos, termina siendo el deconstruir y cambiar las perspectivas en pro de la igualdad y equidad de oportunidades y vidas entre hombres y mujeres.
Los estereotipos, las construcciones sociales, las desigualdades y las relaciones de género influyen directamente en la salud mental de las mujeres, en donde las mismas han relegado sus roles, decisiones y vidas a la inferioridad y la sumisión debido a lo que les sugiere el sistema patriarcal, dificultando la potenciación de capacidades, imponiendo estándares, valores y reglas de lo que significa “ser mujer”, generando problemas en torno a su autoestima, la visión de sí mismas y de sus habilidades.
Ramos-Lira (2014) lo explica de la siguiente manera: “los factores determinantes de carácter social suelen exacerbar las vulnerabilidades biológicas, por lo que un enfoque de la salud relacionado con el género debe considerar la manera en que la desigualdad influye en las experiencias de salud”. Comprendiendo esto y en la búsqueda de continuar con la transformación social, se presentan un listado de buenas prácticas para la protección de la salud mental y la atención en salud con perspectiva de género:
- Apostarle a la relación con el otro en un plano de equidad, en donde podamos potenciar procesos de autonomía, libertad y bienestar, y no de dependencia.
- Promover la igualdad de oportunidades y denunciar situaciones de discriminación y/o violencias basadas en género.
- Validar las emociones de los demás de acuerdo con sus experiencias vividas, comprendiendo además su contexto, recursos y capacidades. No desvalorizar las opiniones, sentimientos o hechos.
- Brindar espacios seguros donde las mujeres se sientan respetadas, escuchadas y comprendidas.
- La escucha activa es la base y facilita la intervención para ofrecer la oportunidad de comunicar quién es, cómo se siente y lo que le ocurre. Escuchar y acompañar tiene un efecto positivo. No confundir escuchar con dar consejos.
- Si observamos una situación de violencia basada en género, decirle a la persona que no tiene por qué denunciar (respetar su decisión), pero que tiene derecho a recibir ayuda.
- Mostrar una actitud empática y sincera, en donde podamos acoger a la persona y servir de red de apoyo.
- Visibilizar a las mujeres, eliminar los estereotipos y detectar tópicos y etiquetas que las desvaloricen.
- No es nuestra labor juzgar o enjuiciar. Debemos propiciar que la persona pueda mostrarse y expresarse sin sentirse evaluada, y brindarle ayuda en la capacidad que tengamos.
Conceptos claves asociados al género:
- Identidad de género: Es la percepción que cada persona tiene sobre sí misma en cuánto al género, y puede o no coincidir con las características sexuales. La persona basa su conducta y su forma de ser y pensar en el género con el que se siente identificada independientemente de su sexo, orientación sexual, edad, nivel socioeconómico, etc.
- Perspectiva de género: A modo de imagen hablamos de “las gafas” que nos permiten ver cómo se articulan las relaciones de género en todos los aspectos de la vida humana y cómo estas relaciones generan y perpetúan desigualdades entre mujeres y hombres. La perspectiva de género implica asumir que los fenómenos sociales, económicos, políticos e ideológicos no son neutros y conllevan una ausencia de neutralidad.
- Estereotipos de género: Conjunto de creencias o ideas preconcebidas sobre las características consideradas apropiadas para mujeres y hombres.” (“Conceptos básicos de género – Atelsam”) Determinan las conductas, comportamientos y actitudes que deben tener las personas según su grupo de pertenencia, es decir, son los atributos de feminidad para las mujeres y de masculinidad para los hombres. Con el tiempo, estas características se naturalizan y se asumen como verdades. Los estereotipos impiden que se desarrollen nuevas capacidades.
- Desigualdades de género: Diferencias de situación entre mujeres y hombres que derivan de los roles y estereotipos jerarquizados de género mantenidos y perpetuados a través del sistema patriarcal.
Referencias:
María Pilar Álamo (2020). Guía de Salud Mental con Perspectiva de Género. Editorial ATELSAM Salud Mental. Confederación Salud Mental España. Recuperado de https://www.consaludmental.org/publicaciones/Guia-Salud-Mental-Prespectiva-Genero.pdf
Organización Mundial de la Salud – OMS (2022). Salud mental: fortalecer nuestra respuesta. Recuperado de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-strengthening-our-response#:~:text=La%20salud%20mental%20es%20un,la%20mejora%20de%20su%20comunidad.
Ramos-Lira, L. (2014) ¿Por qué hablar de género y salud mental? Salud Mental 2014; 37: 275 – 281. Recuperado de https://www.scielo.org.mx/pdf/sm/v37n4/v37n4a1.pdf
Elaborado por:
- Sara Gutiérrez Tamayo, Psicóloga y Especialista en Salud Mental del Niño y del Adolescente.
- Valentina Cardona, Estudiante Licenciatura en Ciencias Sociales UdeA.